domingo, 15 de octubre de 2023

Condenas en el conflicto israelí palestino

 

Condenar: Desaprobar y rechazar enérgicamente una conducta, una acción o una doctrina que se considera inmoral o censurable.

(Oxford Languages)

Y nos encontramos -vemos que nos encontramos- en el maldito círculo vicioso que tanto tiempo gravitó sobre la revolución rusa como un sino fatal. De un lado, se pierde en vano el ímpetu revolucionario de la multitud poco ilustrada y organizada.De otro lado, se pierden en vano los disparos de los “individuos incapturables”, que pierden la fe en la posibilidad de marchar en filas cerradas, de laborar hombro a hombro con la masa.

(V.I. Lenin, Aventurerismo Revolucionario)

 

Daños colaterales

Las múltiples condenas al Hamás parten de una postura moral de nuestra civilización judeo-cristiana, la que postula el respeto irrestricto a las personas no beligerantes en los conflictos armados, postura que se refleja en el derecho internacional humanitario, principalmente en el Convenio de Ginebra y sus Protocolos Adicionales, entre otras fuentes de legislación.

Sin embargo, esta civilización es esencialmente utilitarista, basada en la conquista y sometimiento. Toda especie inferior, es decir, que puede ser conquistada y sometida para nuestra satisfacción, incluyendo seres humanos inferiores, es dominada, explotada y/o exterminada a nuestra conveniencia. Así, domesticamos animales para nuestro solaz o nuestro consumo. Busquen en google: “solomillo de res recetas”; arrojará 974.000 recetas en castellano. Esclavizamos a otros seres humanos, previamente deshumanizados, para la acumulación originaria, exterminamos pueblos enteros para apropiarnos de sus tierras y riquezas.

No tenemos ambages en justificar la violación de los postulados sobre la guerra, como fueron los bombardeos de Dresde, Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial, ciudades con nulo valor militar, donde murieron 320.000 personas no beligerantes. Hoy, en las intervenciones humanitarias en Libia, Yugoslavia o Siria, las víctimas no beligerantes son daños colaterales, víctimas que se multiplicaron en la guerra contra el terrorismo en Irak, Afganistán, Sudán, Somalía, Yemén, etc.

Terrorismo y liberación nacional

El terrorismo como medio de alcanzar objetivos políticos ha sido históricamente inconducente o con resultados efímeros. En el mayor de los casos políticamente contraproducente.

Sin embargo, como parte de los métodos de lucha en las guerras de liberación nacional, ha sido efectivo y ha apoyado la derrota de los ocupantes. Así, héroes han sido los miembros de la Resistencia Francesa cuyos actos, entre otros, fueron la destrucción de convoyes de trenes que transportaban, además de pertrechos militares y tropas, civiles no beligerantes y trabajadores de los trenes. Análogamente, el atentado contra el Hotel Rey David por parte del Irgún fue un acto de liberación nacional, donde murieron medio centenar de no beligerantes. El Viet Minh se apoyó en múltiples atentados en las ciudades de Viet Nam del Sur, en los que las víctimas eran beligerantes y no beligerantes.

La idea general que prima en las guerras de liberación nacional es que los civiles de la potencia invasora son parte de la fuerza de ocupación, aun cuando no sean beligerantes, aun cuando sean niños totalmente inocentes.

¿Terrorismo bueno y terrorismo malo? Pues no: el terrorismo como método principal de lucha es funcional a la burguesía y al imperialismo, como se ha demostrado en las múltiples luchas en todo el planeta los últimos 150 años. En los movimientos de liberación nacional en que las masas son protagonistas, el terrorismo es una forma de lucha más. Cuando, por el contrario, las organizaciones se aislan de las masas para acometer acciones armadas, entonces es el Estado el que gana, como ha ocurrido incluso en nuestro país.

El Hamás

El Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, es una organización político militar que se opone a la colonización de Palestina por parte del Estado de Israel. Fundada en 1987 (Israel apoyó la fundación del Hamás para contrarrestar la influencia de la OLP), y ganó las elecciones generales del 2006, gobernando desde entonces la Franja de Gaza.

Hamás es una organización islámica integrista y lucha por la expulsión de Israel de Palestina.

Su concepción del mundo está radicalmente opuesta la materialismo histórico y, por ende, es esencialmente anticomunista. Su integrismo va contra cualquier concepción de lucha de clases; su guerra es pueblo contra pueblo, no clase contra clase, concepción compartida por las teocracias como Irán o Israel, y el aliado libanés del Hamás, Hezbolá, entre otras entidades integristas.

Concluyendo

Solidarizo plenamente con la lucha emancipatoria del pueblo palestino.

Lamento profundamente que su instrumento político militar sea el Hamás. Las acciones del Hamás son funcionales al sionismo.

La violencia indiscriminada a la que nos ha ido acostumbrando el imperialismo y el sionismo la sufren los pueblos.

La convivencia pacífica entre pueblos, culturas, religiones y otras diferencias sociales sólo es posible eliminando los antagonismos de clase, base de todos los conflictos en la era moderna.

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